Casi todas las fiestas religiosas se celebran cada año el mismo día
del calendario. La Navidad se festeja siempre el 25 de diciembre, la Fiesta de
San Juan Bautista el 21 de julio, y la Asunción de la Vírgen María el 15 de
agosto. Sin embargo, esto no pasa en todos los casos. La Semana Santa se mueve
cada año: en el 2015, el Domingo de Resurrección fue el 5 de Abril, en 2016
cayó el 27 de Marzo, en 2017 fue el 9 de Abril y este año fue el 1 de Abril.
Lo que sucede es que la mayoría de las fiestas religiosas se rigen de
acuerdo con el calendario solar, que era el sistema que usaba Roma para ordenar
el tiempo. Debido a que para controlar los momentos de siembra y cosecha, era
fundamental conocer los ciclos de las estaciones con precisión. Entonces, gran
parte de las fiestas cristianas y judías, que se celebraban de acuerdo a los ciclos
de la luna, se adaptaron a la cosmovisión solar de los romanos.
Así, el 21 de julio, la Fiesta de San Juan Bautista, y el nacimiento
de Jesús el 25 de diciembre, se celebran justamente en los solsticios de
invierno y verano, porque son parte de la herencia pagana que recibió la
Iglesia Católica. El 25 de diciembre, por ejemplo, era el día de Saturno, en la
que se hacían banquetes y sacrificios en los templos.
Sin embargo, no todas las fiestas religiosas fueron adaptadas al
calendario solar y por lo tanto son móviles; pues el calendario solar y el
lunar no siempre coinciden. Una de las liturgias que no cambió fue la Semana
Santa, porque la pasión estaba relacionada específicamente con la luna. Jesús
había resucitado en la época de Pascua, al comienzo de la primavera, justo
cuando los judíos conmemoran la salida de Egipto. Y lo hacían en luna llena
porque fue gracias a la luna que sus antepasados habían escapado del faraón,
sin encender las antorchas.
Al comienzo, cuando el cristianismo parecía una secta del judaísmo, la
muerte de Cristo se celebraba el mismo día de la Pascua Judía. Pero para que no
se confundieran las tradiciones, se discutió un cambio de fechas en el Concilio
de Nicea del 325, convocado por el emperador Constantino. Ahí se decidió que el
Domingo de Resurrección se festejara el domingo siguiente de la primera luna
llena, después de la llegada de la primavera.
La primavera
comienza el 21 de marzo, y la primera luna llena no todos los años llega en la
misma fecha. Es asi como la llegada de la Semana Santa es móvil. Puede caer
entre el 22 de marzo y el 25 de abril, dependiendo de la coincidencia entre el
calendario solar y el lunar.
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