Hoy en día existe una creencia popular muy
grande que dice que los gatos negros atraen a la mala surte, o son mal augurio,
pero esto no fue siempre así, en el Egipto de hace 3000 años, todos los gatos,
incluidos los de color negro, fueron de los animales favoritos, incluso, en
algunas ideologías eran “Dioses” idolatrados y matar uno de ellos era
considerado un crimen capital.
En la Edad Media, en Europa, el status del
gato negro cambió, comenzó a ser asociado con las brujas y la hechicería. La
práctica de magia negra se esparcía por Europa. Muchas ancianas solitarias que
cuidaban y alimentaban gatos callejeros, fueron acusadas de brujería
injustamente.
El temor hacia los gatos negros tomó el
estado de hoy cuando un padre e hijo en 1560, en Lincolnshire, estaban
caminando durante una noche sin luna, y un gato negro se les cruzó en su camino
para luego esconderse en un rincón de un muro. Se dice que ellos le arrojaron
piedras al animal hasta que la criatura, indefensa y herida, corrió a
refugiarse en la casa de una mujer, quien en ese momento era sospechada de ser
una bruja.
Al día siguiente, el padre e hijo encontraron
a la mujer y le llamo la atención que cojeaba y presentaba magullones, y
dedujeron que se trataba de algo más que una coincidencia. Desde ese día en
Lincolnshire, se creyó firmemente que las brujas tomaban la forma de gatos
negros por la noche. Y desde ahí comenzó el temor hacia ellos.
Esta creencia de que las brujas se transformaban
en gatos negros para andar por las calles sin ser observadas se convirtió en
una creencia masiva en Estados Unidos durante la caza de brujas de Salem.
Incluso hoy en día la asociación entre gatos negros y brujas se mantiene
vigente durante las celebraciones de Halloween, a pesar del origen de la
celebración religiosa.
Es así como este animal
antes venerado, se convirtió en un símbolo de malos presagios en algunos
lugares del mundo por los mas supersticiosos.
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